¿Qué es el Trastorno Neurológico Funcional?

El Trastorno Neurológico Funcional (TNF) es una condición médica en la que el cuerpo experimenta síntomas físicos reales que no pueden explicarse completamente por una lesión o una enfermedad orgánica evidente. Las personas con trastornos funcionales pueden sufrir dolores crónicos, fatiga, problemas digestivos, dificultad para concentrarse, mareos y otros síntomas, pero los exámenes médicos tradicionales no muestran una causa física clara.

A pesar de la falta de una causa física aparente, los trastornos funcionales son muy reales para quienes los padecen, y pueden afectar seriamente la calidad de vida. Este tipo de trastornos pueden afectar diversas partes del cuerpo, incluyendo el sistema nervioso, digestivo, muscular o respiratorio.

Síntomas Comunes

Los síntomas del Trastorno Neurológico Funcional (TNF) pueden variar significativamente entre las personas y afectar diversas funciones del cuerpo. Estos síntomas no se deben a daños estructurales, pero son muy reales y pueden ser debilitantes. A continuación, se presentan algunos de los síntomas más comunes:

Síntomas Motores:

  • Debilidad o parálisis funcional: pérdida de fuerza en una extremidad o en varias, sin que haya daño neurológico estructural que lo explique.
  • Distonías funcionales: contracciones musculares sostenidas que pueden causar posturas anormales o movimientos involuntarios en una o más partes del cuerpo.
  • Temblor funcional: movimientos rítmicos o incontrolables de una parte del cuerpo, que pueden variar en frecuencia e intensidad.
  • Marcha funcional: dificultades para caminar o mantener el equilibrio, a menudo acompañadas de una sensación de inestabilidad o bloqueo al intentar moverse.

Crisis Disociativas o No Epilépticas:

  • Crisis no epilépticas funcionales (CNEF): episodios que pueden parecerse a convulsiones epilépticas, pero que no están asociados con actividad eléctrica anormal en el cerebro. Pueden incluir pérdida de conocimiento, movimientos espasmódicos, sacudidas o rigidez.
  • Crisis disociativas: episodios en los que la persona puede desconectarse de la realidad, sintiendo que está separada de su entorno o de su propio cuerpo, sin que haya daño neurológico.

Síntomas Sensitivos:

  • Parestesias: sensaciones anormales en la piel, como hormigueo, entumecimiento o ardor, sin una causa física aparente.
  • Dolor crónico: dolor persistente que puede afectar cualquier parte del cuerpo, especialmente la cabeza, los músculos y las articulaciones.

Síntomas Cognitivos y Emocionales:

  • Dificultad para concentrarse («niebla mental»): sensación de confusión, olvidos frecuentes y dificultad para enfocarse en tareas cotidianas.
  • Ansiedad y estrés: el estrés emocional puede intensificar los síntomas, y la ansiedad es un componente común en muchos pacientes con TNF.

Síntomas del Sistema Nervioso Autónomo:

  • Fatiga extrema: cansancio que no mejora con el descanso y puede interferir con las actividades diarias.
  • Problemas digestivos: síntomas como diarrea, estreñimiento, hinchazón o dolor abdominal, a menudo relacionados con el síndrome del intestino irritable.
  • Mareos o sensación de desmayo: puede ocurrir al estar de pie o al realizar movimientos bruscos, sin una causa cardíaca o neurológica estructural.

Causas del Trastorno Funcional

La causa exacta de los trastornos funcionales aún no está completamente comprendida. Sin embargo, se cree que pueden surgir de una combinación de factores, entre ellos:

  • Estrés y ansiedad: el estrés emocional o psicológico puede agravar o incluso desencadenar síntomas físicos.
  • Alteraciones en la comunicación cerebro-cuerpo: se ha sugerido que en algunas personas, el cerebro podría interpretar de forma errónea las señales del cuerpo, lo que provoca la percepción de dolor o malestar sin que exista una lesión evidente.
  • Factores genéticos: algunas investigaciones sugieren que ciertos trastornos funcionales pueden tener una base genética.

Diagnóstico y Tratamiento

El diagnóstico del Trastorno Neurológico Funcional (TNF) no se basa únicamente en la exclusión de otras enfermedades médicas. Es crucial que haya hallazgos positivos que indiquen la presencia del trastorno, lo que significa que los profesionales de la salud deben identificar características específicas y patrones en los síntomas que sean consistentes con un TNF.

Estos hallazgos positivos incluyen, por ejemplo:

  • Inconsistencias clínicas: los síntomas pueden variar en intensidad o presentación según la situación, como si desaparecieran durante distracciones o se presentaran de forma variable.
  • Signos neurológicos positivos: durante la evaluación neurológica, pueden observarse signos que son típicos del trastorno neurológico funcional, como movimientos o debilidades que no siguen patrones de lesiones neurológicas estructurales.
  • Pruebas específicas: existen técnicas y exámenes clínicos diseñados para diferenciar entre síntomas causados por una enfermedad orgánica y aquellos que son resultado de un trastorno neurofuncional.

Esto no significa que los exámenes médicos tradicionales no sean útiles. Los médicos pueden realizar pruebas para excluir otras enfermedades, pero el diagnóstico de un TNF debe basarse en la presencia de características positivas claras que confirmen el trastorno.

Tratamiento Multidisciplinar

El tratamiento del Trastorno Neurológico Funcional sigue un enfoque integral que involucra diversas disciplinas. Entre las opciones terapéuticas más eficaces se encuentran:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): esta terapia psicológica puede ayudar a los pacientes a modificar patrones de pensamiento que podrían estar contribuyendo a los síntomas.
  • Fisioterapia especializada: los fisioterapeutas entrenados en trastornos funcionales pueden diseñar programas para mejorar el movimiento y reducir los síntomas físicos.
  • Manejo del estrés: técnicas de relajación y reducción del estrés, como la meditación o la respiración profunda, son útiles para controlar los síntomas.
  • Medicamentos: en algunos casos, pueden recetarse medicamentos para aliviar síntomas específicos, como el dolor o la ansiedad, aunque no siempre es necesario.
  • Apoyo psicológico y terapia grupal: muchas personas con TNF encuentran beneficioso compartir su experiencia en grupos de apoyo, lo que también puede ofrecer herramientas prácticas para el manejo diario.

Este sitio web se ha realizado exclusivamente a título informativo, consultado y compartido por diferentes páginas, artículos y especialistas en la enfermedad.

Todos los síntomas, problemas y preocupaciones de salud que tenga cualquier persona, deberán consultarse y tratarse siempre, con su médico de atención primaria o especialista.

El contenido de la misma no reemplaza ni pretende servir como consejo o pautas médicas.

Scroll al inicio