¿Trastorno o enfermedad? ¿Trastornados o enfermos?

¿Trastorno o enfermedad? ¿Trastornados o enfermos?

Cuando escuchamos la palabra «trastorno,» muchas veces nuestro primer pensamiento se dirige automáticamente a la salud mental. Esto puede ser un problema cuando hablamos de condiciones como el Trastorno Neurológico Funcional (TNF). A pesar de que su nombre incluye la palabra «trastorno,» es fundamental aclarar que el TNF no es un trastorno mental. De hecho, la palabra «trastorno» en este contexto puede llevar a confusión y, peor aún, a estigmatizar a quienes viven con esta condición.

Hoy queremos profundizar en este tema y aclarar algunos malentendidos. Queremos que quede claro que tener un diagnóstico de TNF no significa ser una persona «trastornada» en el sentido mental o psiquiátrico del término. Aunque el nombre de la condición incluye «trastorno,» no es justo ni correcto etiquetar a los pacientes como si sufrieran una enfermedad mental.


El término «trastorno»: ¿De qué estamos hablando?

Para empezar, es útil descomponer lo que realmente significa «trastorno» en el contexto del Trastorno Neurológico Funcional. La palabra «trastorno» simplemente indica que algo en el cuerpo no está funcionando de la manera correcta. En el caso del TNF, se refiere a una alteración en cómo el cerebro controla ciertas funciones del cuerpo. No se trata de un desorden mental, sino de una disfunción neurológica.

Sin embargo, debido a la ambigüedad del término «trastorno» y a cómo se utiliza en el ámbito médico, a menudo se genera confusión. Es común asociar esta palabra con trastornos mentales como la depresión o la esquizofrenia. Pero en el TNF, el problema no está en la mente ni en las emociones. Aunque el estrés y otros factores emocionales pueden influir en los síntomas, la raíz del problema es puramente neurológica.


Los pacientes con TNF no son «trastornados»

Es importante aclarar este punto porque el malentendido puede ser muy perjudicial. Etiquetar a alguien con TNF como «trastornado» refuerza un estigma que es injusto y dañino. El TNF no convierte a nadie en una persona con una enfermedad mental, y este tipo de asociaciones incorrectas no solo añaden una carga emocional innecesaria, sino que también pueden llevar a diagnósticos erróneos y a tratamientos inadecuados.

Es fundamental destacar que las personas con trastornos de salud mental también merecen todo nuestro respeto y apoyo. Sus luchas son reales y no deben ser minimizadas. Sin embargo, en el caso del TNF, estamos ante una disfunción neurológica y no psiquiátrica, lo que subraya la importancia de hacer una distinción clara y precisa.

Los pacientes con TNF experimentan síntomas físicos reales y debilitantes, que no son producto de su imaginación ni de una «alteración mental.» Los temblores, la debilidad muscular, las convulsiones funcionales y otros síntomas son causados por un mal funcionamiento en el sistema neurológico, no por un trastorno mental. Desafortunadamente, el uso de la palabra «trastorno» contribuye a este tipo de malentendidos, lo que puede hacer que los pacientes se sientan incomprendidos o incluso rechazados.


Diferencias clave entre TNF y los trastornos mentales

Para quienes viven con TNF, es fundamental hacer esta distinción. El TNF es una condición neurológica, lo que significa que está relacionada con la forma en que el cerebro procesa señales y controla el cuerpo. No tiene que ver con alteraciones en los pensamientos, las emociones o la personalidad, que son los aspectos que suelen estar asociados con los trastornos mentales.

En resumen:

  • TNF: Afecta la función neurológica (movimiento, control muscular, etc.).
  • Trastornos mentales: Afectan el estado emocional, cognitivo y psicológico.

Este malentendido es común no solo entre el público en general, sino también en algunos entornos médicos. Es por eso que la educación y la divulgación sobre el TNF son tan importantes. Ayudar a la gente a entender que el TNF es una condición neurológica y no una enfermedad mental puede reducir el estigma y mejorar el apoyo para quienes lo padecen.


El impacto emocional de ser malentendido

Imagina lo difícil que debe ser vivir con una condición debilitante, y luego, además, enfrentar la incomprensión de quienes creen que tus síntomas son «psicológicos.» Esta situación es frecuente para las personas con TNF, y puede tener un gran impacto en su bienestar emocional. La confusión sobre la naturaleza del TNF puede llevar a sentimientos de frustración, aislamiento e incluso desesperanza. Por eso es tan importante corregir estos malentendidos.

El hecho de que el TNF sea un trastorno neurológico, y no mental, debe quedar claro tanto para los pacientes como para sus familiares, amigos y médicos. Con una mayor comprensión de lo que realmente es el TNF, podemos construir un entorno de apoyo más fuerte y empático para quienes lo padecen.


Conclusión: Palabras que importan

En última instancia, el lenguaje importa. El término «trastorno» puede llevar a malentendidos que resultan dolorosos y dañinos para quienes viven con TNF. Al entender mejor esta condición y usar el lenguaje adecuado, podemos ayudar a eliminar el estigma y ofrecer el apoyo que las personas realmente necesitan.

El TNF es un trastorno neurológico, y no convierte a los pacientes en personas «trastornadas.» No se trata de una enfermedad mental, y reconocer esta distinción es clave para proporcionar el tratamiento y la empatía adecuados. Y, al mismo tiempo, debemos recordar que las personas con trastornos mentales también merecen empatía, apoyo y comprensión, sin prejuicios ni estigmas.


1 comentario en “¿Trastorno o enfermedad? ¿Trastornados o enfermos?”

  1. Si se consiguiera que se nombrase a ésto «Disfunción neurológica funcional» o «Enfermedad neurológica funcional» se habría conseguido tanto….

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio